En una oposición no basta con estudiar bien.
Ni con llevar los temas memorizados al dedillo.
Ni siquiera con hacerlo “correcto”.
Porque el aprobado puede estar en el detalle.
Y la plaza, en cómo te diferencias de los demás.
¿Y sabes uno de los momentos más potentes para lograrlo?
La defensa de tu Programación.
Ese instante en el que tienes al tribunal delante, escuchándote.
En el que tu propuesta, tu seguridad y tu creatividad pueden marcar la diferencia entre un “uno más”… y un “guau, esta persona sí que se lo ha currado”.
Y no, no hace falta hacer malabares ni reinventar el mundo.
Pero sí hace falta salir del piloto automático.
No decir lo que se espera.
Sino decirlo de forma que impacte, que llegue y que no se olvide.
Una exposición brillante e innovadora no es algo “extra”.
Es una herramienta estratégica.
Es tu oportunidad de mostrar que no solo sabes el contenido, sino que sabes comunicarlo, aplicarlo y defenderlo como alguien que merece estar en esa plaza.
Recuerdo perfectamente el momento de prepararme mi propia Programación cuando estaba opositando.
Tenía claro que, si quería conseguir mi plaza ese año, no podía quedarme a medias con la exposición.
Tenía que conseguir cautivar al tribunal.
Mantenerles despiertos, curiosos, con ganas de seguir escuchándome.
Sólo así conseguiría que fuese recordada entre las demás.
Y vaya si lo hice.
Saqué la mejor nota de la Comunitat Valenciana.
¿Sabes qué es lo mejor de todo esto para ti?
Que no es un don natural. Puede entrenarse. Puede prepararse.
Y yo sé cómo conseguirlo contigo.
Para mí, la exposición no es el final del proceso, es el gran momento. Y lo preparamos como tal.
Si quieres que te ayude a prepararte en la Programación, en la teoría y en la práctica, en el Programa Anual de PGA no nos dejamos nada en el tintero.
Tienes aquí toda la información.
Por cierto, el Programa empezó en junio y tiene plazas limitadas.
Si te lo piensas mucho, otro aprovechará tu lugar.
Un abrazo,
Sara.